Nada de lo que ves, sientes y escuchas es diferente de ti mismo. Eres tus propias gafas, y mientras no seas consciente de ello seguirás separado de todo, proyectando ahí fuera todo lo que ansías o rechazas de ti mismo. Como estrategia para salir del paso no está mal, solo que te convierte en un mero receptor impotente, a la deriva, víctima de ti mismo, atrapado en la cárcel de tu mente limitada. Cuando veas tu mirada en la mirada de otros, cuando sientas tu piel en la piel de otros, cuando entiendas que la belleza de una montaña es tu propia belleza, entonces serás uno, todo y nada al mismo tiempo, eterno e instantáneo, vivo y fugaz, imagen y espejo, palabra y silencio, la transformación misma encarnada en tu propia conciencia.
Luis I. Ballesteros
Muchas gracias por la gran ayuda que ha sido tu información, en busca de mi crecimiento personal…