A todos nos cuesta mucho cambiar. Y en principio cambiar no tendría por qué ser necesario, pero lo cierto es que muchas veces nos vemos atrapados en una situación en la que no sabemos muy bien por qué estamos ahí, ni cómo salir de ella. Suelen ser situaciones a las que nos hemos acostumbrado, a las que nos hemos adaptado y que de alguna manera forman parte de nuestra vida cotidiana, dándonos una falsa sensación de seguridad.
Por otro lado, si lo que queremos es mejorar nuestra vida en algún aspecto concreto, es lógico pensar en la necesidad de cambiar algo, por pequeño que sea, que nos permita conseguir mejores resultados.
En ambos casos tengo una mala noticia y una buena que darte: La mala noticia es que «Los mayores cambios de tu vida sólo dependen de ti», la buena es que «Los mayores cambios de tu vida sólo dependen de ti».
Digo mala noticia porque esto significa que los mayores responsables de nuestra vida somos nosotros mismos, y eso a veces no nos gusta demasiado, ya que es más fácil echar la culpa de nuestros males al resto del mundo, preferimos representar un papel de víctima, poniendo el foco de nuestros problemas en algo externo a nosotros.
Por otro lado, también es una buena noticia, porque si te empeñas en cambiar, lo acabarás consiguiendo, y el hecho de que los mayores cambios dependan básicamente de nosotros, nos da libertad , libertad de elegir y de actuar, nos hace auténticos protagonistas de nuestra vida.
Cualquier cambio importante enfocado desde la perspectiva del Coaching se suele llevar cabo a lo largo de una serie de etapas, que considero útil conocer para saber dónde podemos estar atascados o qué es lo que nos ayudaría:
1) La Motivación al cambio: El deseo y la ilusión por alcanzar un objetivo. Debe ser superior a los miedos para decidir a arriesgarse a dar los pasos que te llevarán a a tu meta.
2) La Conciencia (el «darse cuenta de»): Nos permite obtener un suficiente conocimiento práctico para saber qué es lo que quieres exactamente, qué te está limitando y con qué recursos personales cuentas para avanzar.
3) Autocreencia: Nos otorga el valor para creer que puedo conseguir mi objetivo, es la base de la autoestima y la confianza. «Si crees que puedes tienes razón, si crees que no puedes, tienes razón».
4) La Responsabilidad: Concede la voluntad, perseverancia y coherencia necesarias para lograrlo consecuentemente.
Y finalmente,
5) La Acción: Materializa el proceso y cierra el ciclo del cambio. Si no hay acción, no hay resultados, si no hay acción, no hay cambio.