Cambio, Liderazgo

Viaje a lo desconocido: El cambio que estabas esperando.

Si te estás planteando un crecimiento a nivel personal o profesional es posible que te hayas preguntado cómo iniciar tu viaje.

La realidad es que cualquier cambio exterior que busques viene precedido por un cambio interior, si tú cambias, todo cambia. La cosas se crean dos veces, primero en tu cabeza, y luego en el mundo exterior, siempre una precedida de la otra. Por eso la imaginación y la creatividad pueden ser aquí los mejores aliados.

Ahora bien, ¿Por dónde empezar?

El primer paso para iniciar tu viaje de expansión y crecimiento personal es (1) tomar la decisión verdadera de iniciar el viaje. Es necesario que en lo más profundo de tu ser decidas realmente que tiene que hacer algo, de lo contrario, puedes pasarte años en un estado de parálisis e indecisión que puede ser devastador. La decisión debe ser verdadera y comprometida, contigo mismo y con aquello que desees alcanzar.

La mayoría de la gente no supera este primer paso. La razón es que nos cuesta más emocionalmente cambiar que quedarnos como estamos, porque no hemos llegado a superar lo que se denomina “umbral del dolor”. En este estado tememos perder lo que ya tenemos y nos supone mayor dolor cambiar que permanecer, aunque no nos guste nuestra situación actual. El problema llega cuando esta situación se hace insostenible y con el paso del tiempo nos encontramos guiados por la corriente de un río que nos lleva al abismo de una catarata, sin nada que hacer para escapar.

Si ya has tomado la decisión comprometida de iniciar tu viaje, de hacer algo por cambiar, entonces e siguiente paso resulta fundamental: (2) elegir cuál es tu destino, dónde deseas ir, qué deseas conseguir, tus objetivos. Resulta para ello esencial que te conozcas muy bien a ti mismo, quien eres realmente y que es lo que de verdad te mueve y motiva en la vida. Quizá sea la familia, el dinero, las relaciones, el bienestar, tu vocación, la tranquilidad, la autoestima, la libertad…. Depende de tus propios valores personales.

Recuerda que la verdadera fuente de felicidad viene de tu propio interior, busca qué te hará sentir bien desde tu propia esencia, desde tu propia identidad y basándote en tus emociones. Debes explorar qué sentirás, que verás y qué escucharas cuando hayas conseguido tus objetivos, entrenando a tu cerebro y creando las conexiones necesarias para hacer realidad tú cambio, como si ya lo hubieras conseguido. Será de gran ayuda ser específico en eso que deseas y cuándo lo alcanzarás, aumentando así las probabilidades de éxito. Es importante que seas flexible, que encuentres un “para qué” de tu cambio y que te permitas llegar a alcanzar eso que quieres de varias maneras posibles.

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Muy bien, ahora comienza tu viaje. Como en cualquier viaje, (3) necesitarás la energía y los recursos necesarios para moverte. Tendrás que mantenerte firme y motivado para esforzarte y continuar, para llevar a cabo los cambios y acciones que sean necesarios. Debes saber que la motivación humana básicamente se fundamenta en huir del dolor y acercarse al placer. Debes ser consciente del dolor asociado a no continuar tu viaje, como esto puede repercutir y afectarte en el presente y en el futuro en todos los aspectos de tu vida, ¿qué precio estás pagando por permanecer inmóvil? y además ser capaz de prever el gran placer asociado a llegar a tu destino. Esto te servirá de “palanca” para mantenerte motivado.

Llegados a este hito, es muy posible que necesites (4) superar ciertos patrones antiguos o limitaciones y obstáculos que se presenten. En esta fase necesitas revisar los mecanismos de tu vehículo, para ver si todo funciona como es debido y trazar rutas alternativas si el camino se pone demasiado complicado. Una fase que considero crítica, en la que es necesario reconsiderar tus propias formas de pensamiento, patrones emocionales y de comportamiento. Debes “reconstruirte” en una versión mejorada de ti mismo, aceptando que es posible que hayas cosas en las que siempre hayas creído y que te debas replantear.

Es posible que por tus propias experiencias, la educación que has recibido, la influencia de tus familiares más cercanos o factores sociales y culturales, hayas adquirido unas “creencias” sobre ti mismo, sobre el mundo de que rodea o sobre los demás que no te estén ayudando a recorrer tu camino. Si sigues haciendo lo mismo de siempre, obtendrás los mismos resultados de siempre.  Puedes utilizar aquí referencias de personas que hayan conseguido ser o alcanzar aquello que anhelas, para comprender cuáles son formas exitosas de pensamiento, sentimiento y acción. Aprovecha el conocimiento y la experiencia de los demás, no hace falta que reinventes la rueda.

Durante el viaje, recuerda echar combustible cuando sea necesario. (5) Permítete las recompensas, premios y refuerzos positivos que te puedan ayudar. Y sobre todo ¡Disfruta del viaje! Al fin y al cabo, viajar puede ser divertido en sí mismo.

(6) Cuando llegues al destino disfrutarás de nuevas sensaciones, y si de verdad te gusta allá donde te encuentres, quizá decidas no volver nunca más, o quizá decidas emprender otro viaje a cualquier otro lugar.

Al fin y al cabo, lo más importante, es que habrás aprendido a viajar por ti mismo…

Te deseo un feliz viaje.